La resistencia emocional es sin duda una de las competencias más importantes para la vida y para la seguridad y salud en el trabajo, en especial en la era de la Inteligencia Artificial. Su desarrollo permite atenuar el impacto de emociones desagradables generadas por la alta velocidad y rareza de los cambios y la alta y constante incertidumbre de la vida actual, enfrentándonos a riesgos como: disminución de empleabilidad por obsolescencia, aislamiento, sobrecarga y aumento de estrés laboral o fatiga tecnológica, entre otros.
En el día mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, celebrado el 28 de abril desde 2003 por la OIT (Organización Internacional del Trabajo), comparto aspectos relevantes para favorecer nuestra resistencia emocional y, en consecuencia nuestro bienestar y felicidad.
- Permítete ser humano, desarrollando tu flexibilidad y capacidad de adaptación. Los únicos que no tienen emociones desagradables son los muertos y los psicópatas. Si se saben leer y gestionar, las emociones desagradables como tristeza, rabia o miedo, nos dan la posibilidad de hacernos conscientes de la necesidad de ajustar algo en nuestra vida y, en consecuencia, nos impulsan a actuar para mejorar. Si, por ejemplo, siento rabia por perder varias opciones de empleo por no tener las habilidades o conocimientos requeridos, esa rabia, bien interpretada, se convierte en una señal para hacer un cambio y actuar para mejorar mis habilidades.Para mejorar nuestra capacidad de adaptación, aunque difícil, por lo que nos ha sido enseñado, cambia la idea de que fallar es fracasar y de que el éxito es la ausencia de error. También atrévete a hacer cosas diferentes, por pequeñas que sean, porque nos ayudan a acostumbrarnos a la sensación de NO control y nos ayudan a movernos más fácilmente frente a lo desconocido. Puedes también establecer metas flexibles que contemplen las variaciones que ningún plan, por perfecto que sea, puede prever.
- Precisa tu propósito de vida. Cuando lo tenemos claro, además de ser motor de nuestra vida y acciones, nos da foco y fuerza para continuar adelante, a pesar de la adversidad y de la incertidumbre. En coherencia con tu propósito, define objetivos laborales y personales de manera apropiada. Cuida, particularmente, que tus metas sean viables según tus habilidades y según tus recursos personales de tiempo, dinero, información, equipos, permisos y otros que se requieran.
- Cuida tu “maquinaria”. Un top 5 para ello: cuida dieta, ejercicio, sueño, elasticidad y masa muscular. Aprende a atender y entender las señales que tu cuerpo te da, hazte chequeos periódicos según tu edad y condición y actúa en coherencia con los resultados y las recomendaciones. El impacto de la desatención de las alertas tempranas de tu organismo puede fácilmente superar en 10 veces, o mucho más, la inversión de tiempo y dinero que representa atenderlos a tiempo. Tan sólo, y como ejemplo, un espasmo muscular agudo en la espalda puede acarrear varios días de incapacidad, con limitación parcial o total de movilidad, con gastos en consultas médicas, terapias y medicamentos. Esta situación normalmente puede evitarse con ejercicio, masajes y posturas adecuadas cuando sabes leer, detectar y atender las señales de advertencia.
- Cuida tu círculo de defensa. Desarrolla habilidades de comunicación que te permitan construir y mantener tus relaciones. Hacerlo significa favorecer tu productividad, amortiguar tu estrés, obtener ayuda y soporte para enfrentar retos y problemas y protegerte de la adversidad.
- Evita la sobrecarga por multitarea y aprende a decir que No. Independientemente de que optes por realizar cosas que por sí solas te gusten, apasionen e interesen, el realizarlas en conjunto y en forma simultánea puede hacer que te satures, aumentes la fatiga y deteriores tu resistencia. Cuando quieras o requieras decir que NO, hazlo con cortesía, explica por qué y da alternativas.