30 comportamientos amables en el Día Mundial de la Amabilidad

Escrito por Andrés Aljure Saab para Semana.com el 13/11/2018

El individualismo y la falta de tiempo llevan a actuar sin cordialidad, y eso atenta contra la sana convivencia. En el Día Mundial de la Amabilidad, el profesor de Felicidad Andrés Aljure comparte 30 comportamientos que favorecen este rasgo y generan a su vez bienestar individual y colectivo.

A partir de finales del siglo XIX, el ser humano empezó a centrarse en sí mismo en detrimento del bien común. Ese cambio se dio como consecuencia del auge de trabajos liberales o de oficina en detrimento de los colaborativos. Además, influyeron hechos como la existencia de familias más pequeñas, así como la prevalencia de un vocabulario más individualista con términos como libertad, liberalismo, albedrío e individuo, según un estudio de la Universidad de Waterloo en Canadá.

Un ritmo de vida acelerado, con cambios vertiginosos, por no decir permanentes, hace que el tiempo disponible sea cada vez menor y, en consecuencia, queramos ir siempre al grano, desestimando la forma en que logramos lo que buscamos y dejando de lado a la amabilidad con mucha frecuencia.

Más allá de practicarla por buena educación y sin esperar nada a cambio, la amabilidad es beneficiosa. Aumenta nuestro bienestar, reduce la ansiedad y la depresión y prolonga la vida según diversos estudios de universidades como British Columbia y Yale.

Con motivo del día mundial de la amabilidad, que se celebra el 13 de noviembre de cada año, quiero compartir algunos comportamientos cotidianos que nos cuestan “cero mil cero cientos pesos”, como dice mi amigo y colega catalán Carlos Pursals, y que nos facilitan la convivencia en ciudades de relativo tamaño, haciéndonos la vida más grata y amable. Esta no pretende ser una lista definitiva o taxativa, por lo que sugiero que la adapte para su propio uso y que, si es de su interés, la complemente compartiéndome otros comportamientos que considere que hacen la vida más amable.

  1. Si quiere escuchar audios y videos en lugares públicos, desde su celular o equipo, use audífonos. Hágalo también con sus hijos, por supuesto.
  2. Antes de entrar, deje salir. En un ascensor, en una sala o en un baño.
  3. En lugares como cafeterías, restaurantes y cualquier otro sitio público, evite vociferar con la gente con la que está compartiendo o por su teléfono celular.
  4. En teatros, cinemas, aviones o buses, comparta el descansabrazos. No es necesario entrar en una “guerra silenciosa” por colonizarlos.
  5. En el cine, en un avión o cualquier otro medio de transporte o lugar, evite halar o empujar la silla que tiene enfrente de usted.
  6. Al usar escaleras eléctricas o bandas transportadoras, sitúese en el lado derecho de la misma y no bloquee el paso de quienes quieren subir caminando.
  7. En lugares de tránsito peatonal o vehicular, evite obstaculizar al situarse en las entradas o salidas de salas, ascensores, escaleras, corredores o vías. Esto incluye la “simple parada” a comprar pan dejando el vehículo en la avenida. En este aspecto no sobra complementar con la mención de un clásico: respete la fila.
  8. Guíe a las personas desde la entrada y acompáñelas hasta la salida cuando le están visitando. Especialmente en lugares grandes o complejos.
  9. Si tiene una de esas gripas que le atrapan, en los lugares públicos use pañuelos al toser, esté o no en compañía de alguien más.
  10. Abra una puerta o ceda el puesto o asiento a personas que lo puedan requerir o, simplemente, por mera cortesía.
  11. Deje limpio el puesto o mesa que ocupó y déjelo listo para el siguiente usuario poniendo la basura en su lugar.
  12. Si debe dar un cambio, en dinero especialmente, y no lo puede hacer exactamente, es mejor que sea por exceso que por defecto. Hacerlo es más cortés y expresa mejores cosas de nosotros que decir “¿Le puedo quedar debiendo 50 pesos?”
  13. Si requiere dinero de un cajero automático, sáquelo del cajero correspondiente y evite usar el de automóviles cuando anda a pie.
  14. Reconozca el trabajo y el esfuerzo de quienes le atienden. Quienes hemos trabajado alguna vez como meseros, vendedores de almacén o en cualquier otro rol de atención a terceros, sabemos lo valioso que es el reconocimiento, económico o no, que refuerza el sentido y propósito de lo que se hace.
  15. Si acordó una cita, cúmplala. Si no puede ir, avise con tiempo y no cancele a última hora. Todo anfitrión, por muy sencillo que sea el encuentro, se esmera no solo por organizar y reservar su agenda para nosotros, sino también por hacer algunos preparativos para recibirnos. Esto aplica también para citas médicas, reservaciones en escenarios públicos y afines.
  16. Si va de visita, por iniciativa propia o como invitado, lleve un detalle como gesto de agradecimiento a su anfitrión. Más aún si está de cumpleaños o está celebrando algo especial.
  17. Si va a invitar a alguien, pagando la cuenta, no tiene que decirle: “En la próxima pagas tú”. Usted invita porque quiere, no porque está haciendo un intercambio de favores.
  18. Dé la bienvenida a personas que llegan a formar parte de cualquiera de las comunidades a las que usted pertenece: un nuevo vecino, un nuevo integrante de un equipo o un nuevo portero, entre otras posibilidades. Un buen inicio influye positivamente para continuar  adelante.
  19. Si tiene que decir que no, como es natural ante algunas de las solicitudes que nos hacen, no solo diga no. Hágalo cortesmente, explique por qué no y ofrezca alternativas.
  20. Cuando alguien le busca personal y directamente para tratar un tema o hacerle una solicitud, evite pedirle que le mande un mail o le agende para un encuentro posterior. Es usted quien debe hacerlo por respeto a la iniciativa y tiempo de quien le ha buscado.
  21. Evite dejarse invitar siempre, independientemente de si quien lo hace tiene buena solvencia económica. Sin necesidad de tener un acuerdo, y acorde con sus posibilidades, corresponda.
  22. Devuelva las llamadas o contactos que le hacen. Si tiene una jornada complicada, no importa que no lo haga inmediatamente, pero hágalo con prontitud.
  23. Atienda al viajero. Si usted ha viajado entiende cuán importante y valioso es que el anfitrión le busque, le guíe o le facilite todo en un terreno que no es el suyo.
  24. No tiene que ser un profesional de la magia para usar las palabras mágicas, esas que abren puertas, mentes y corazones: “Gracias” “Con mucho gusto” “Por favor” “Con permiso” “En qué le puedo ayudar” “Disculpe” “Buenos días” “Hasta luego”.
  25. Un favor, ya sea pedido o no, suele ser bienvenido. Cargar una bolsa o maleta, ayudar en un trasteo, compartir unas notas o apuntes, guiar a un extranjero o alguien que está perdido, ayudar a cruzar una calle o realizar una donación.
  26. Sorprenda con regalos, simples o elaborados, no importa. Entre otros, acercarse a alguien de quien se ha distanciado, llevar de paseo a un familiar o amigo o resaltar una virtud.
  27. Dé tiempo, mucho o poco, pero de calidad.
  28. Evite hacer comentarios desestimulantes en los momentos de verdad. Si cree, por ejemplo, que una camisa no le queda bien a alguien, no se lo diga momentos antes de que vaya a iniciar una presentación. En ese caso, ya no hay nada que hacer y sí mucho que destruir, como por ejemplo la autoestima.
  29. Contrario a lo anterior, usted puede hacer comentarios amables siempre y, especialmente, en momentos clave. Por ejemplo: “Qué bonita camisa” “ese peinado te queda genial” “te veo muy bien”.
  30. En el caso de la señora que, luego de recibir el piropo “está usted muy guapa”, contesta: “A usted no le ha costado nada y a mí me ha hecho muy feliz».

Fuente original: 30 prácticas para ser más amables

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